sábado, noviembre 19, 2005

Cuando me desperté, ya no estaba allí

Yo llevaba una vida normal. Pensaba que era un tipo perfectamente corriente, reflejando fotones como todo el mundo en el rango visible del espectro. Digamos que expresiones como esta última eran las que más me alejaban de la normalidad, pero todos tenemos un pasado.
Todo iba bien, aunque en el fondo sospechaba que había algo raro. La gente me llamaba "Anómalo" y eso suele ser una pista. Un día mi ex me lo dijo: "no te puedo ni ver". ¡Claro! ¡Era invisible! SOY invisible (porque ella me lo confirma cada vez que hablamos).
Sin duda eso tiene sus ventajas, pero también sus inconvenientes. Ya les iré contando. Al fin y al cabo esto sólo es un post para ver cómo queda el blog.

¡Ah!, un consejo: antes de dormirse, pregunten en voz alta si hay un hombre invisible en el cuarto. Una respuesta afirmativa es preocupante. Una negativa, también, porque los hombres invisibles tendemos a ser mentirosos.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Esto se parece bastante tu empeño en hacerme creer que no existes.....

pdro dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
Anónimo dijo...

Mi er da. Quita eso, porr favorr.

Anónimo dijo...

No pertenezco a tu distinguida estirpe, señor transparente, se me puede hasta palpar. Pero me encanta cómo me lo cuentas por lo que te enlazo; yo también quiero, padre. O tampoco, vase usté a saber.

Ahora más en serio, sólo trato de aprovecharme. Escribo muy poco, quien quiera leer que se pase por aquí. Si inconvengo algún tratado, se me comunique, por favor.

Lo anterior iba antes del, que valga, anterior.

Sorry.

Anómalo dijo...

Bienvenido a la fauna.