domingo, noviembre 20, 2005

Peregrinando

Si alguna ventaja tiene el ser invisible es el poder escuchar conversaciones ajenas sin ser percibido. Esta es la típica frase que uno escribe para poder empezar el post, porque si el ser invisible se reduce a eso, te compras un Whisper XL o un micro bueno, bueno y a correr.
En cualquier caso, venía yo en mi autobús/segundo hogar desde mi lugar de origen hacia Madriz cuando escuché, casualmente, la siguiente observación:
"Como pa venir andando desde la Ciudad Lluviosa"(1).
Inquietante comentario. Sobre todo cuando se emite en la M30, pasando junto a las obras, tras seis horas de autobús. ¿Qué tipo de mecanismo mental te puede llevar a decir eso? Me imagino al hombre en las diferentes fases del camino pensando:
"Ah, pues hasta aquí llegaba."
"Uf, ya esto no sé, no sé."
"Aquí iba a tener que hacer noche."
"Hum... creo que hice bien cogiendo el autobús..."
"Como pa venir andando desde la Ciudad Lluviosa"
Momento en el cual no puede reprimir ese acto de humildad sobre la condición humana y comparte con todos su reflexión para que también nosotros pensemos sobre la falibilidad del hombre. Con la M30 y el Calderón de fondo, inspirando.

Yo que además de invisible soy simple como la partitura de una pandereta, en lugar de conmoverme no pude dejar de preguntarme cómo pueden ponerme Tres Fugitivos a la ida y a la vuelta en el autobús. ¿No hay compasión?


(1) Podríamos exportar lluvia y princesas (ya lo hacemos) y España entera nos adoraría. O no.

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