Seguimos con las peticiones del oyente. En esta ocasión, recupero para Mir parte de un texto publicado en su momento en Efectolupa.com (volveremos). Que lo sufran con salud:
[Los domingos por la tarde] El tema surgió en el blog de La Perri, que se cita dos veces en el número de esta semana, ya nos puede ir devolviendo el favor. La conclusión a la que llegamos es que tener pareja sólo sirve para rellenar las tardes de los domingos, al menos a los que no nos gusta el fútbol. Lo que me lleva a preguntarme para qué quieren pareja los futboleros. El caso es acaparar, ¿no? ¡Despilfarrando recursos no levantamos España!
Quiero que se entienda el dramatismo de la situación: es domingo. Por la tarde. No tienes novia. No te gusta el fútbol, es más: Pepe Domingo Castaño te pone nervi… ¡OTRO PURITO! ¿No es para poner nervioso a uno? Pues eso: ¿qué te queda? ¿Ver Rex, un policía diferente? ¿Cortarte las venas con un papel? Pero con lo plano, ¿eh?, que así es tan emocionante como la serie.
Con los amigos, mejor no contar. Hay varias modalidades:
- “No, es que he quedado con la Puri”. Es comprensible, uno haría lo mismo. El hombre se ha echado novia para tener algo que hacer las tardes de domingo, no la va a desaprovechar. Sería como comprarse un home cinema para ver las películas de Pajares y Esteso.
- “Es que voy a bajar a ver el partido al bar”. Es español, así que le comprendes.
- “Es que voy a bajar a ver el partido al bar. Vente, hombre”. Lo hace con buena intención, pero jode. ¡Que no me gusta el fútbol, coño! Si me gustara no te llamaría en plan “notengonadaquehacerymeaburro”, que ya sé que hacen partidos todas las semanas.
- “Es que he quedado con la Puri y luego me voy a ver el partido”. ¡¡Cabrón!!
- “Es que ponen Rex”. El pobre. Alguien debió buscarle novia cuando aún no era irreversible. La ociosidad en las tardes de domingo hace estragos.
Las opciones también se te recortan mucho. Salir a la calle un domingo por la tarde cuando no tienes pareja es como para un diabético entrar en el Dunkin’ Donuts. Especialmente a estas alturas del año: ¡¡mecagüenlaprimavera!! Además, siempre hay excusas: “puff, qué calor, paso de salir” o “con este frío, mejor no salgo de aquí”. Si se cambia el concepto “salir” por “trabajar”, tendremos un retrato del funcionariado español. O de la mayor parte de los columnistas de Efectolupa.com.
Así que hay que quedarse en casa. En el Messenger no hay nadie, por los mismos motivos que no hay con quién quedar. Y si te encuentras a alguien, peor: “huy, éste. Metido en casa un domingo por la tarde. ¡Qué chungoooo!” A la tele mejor no acercarse: últimamente miras con cariño al pastor alemán del vecino. Probemos a encender la radio, a ve… ¡¡OTRO PURITO!! ¡Mierda! Siempre se me olvida. ¿Y un libro? ¿Cómo? ¿Y renunciar a todo el patriotismo español conseguido la noche del sábado a base de cerveza? ¡Jamás! Total, que meriendas. Dos o tres veces, las que hagan falta. “Igual engordo así, ¿eh? Bueno, ya el domingo que viene bajo a correr y así lo quemo y tengo algo que hacer”. Ya. Sí. Venga.
Amigos, el negocio del futuro está en organizar actividades para que los solteros tengan (tengamos) algo que hacer en las tardes de domingo. La clientela está asegurada, no pasa nada porque los juntemos: de ahí no saldrá ninguna pareja. ¿Quién va a querer liarse con alguien que tiene que apuntarse a algo para tener ocupados los domingos por la tarde? Si fuera normal ya tendría pareja o algo…¿Por qué no pondrán Los Simpson los domingos por la tarde?