Los vendedores invisibles
Al principio pensábamos que no había muchos chinos en España, sino que era el mismo, que se movía mucho. No nos engañemos, los chinos que llegaban pensaban: "qué intranquilo es este español" y "¿dónde estarán los demás?" consecutivamente.
Para cuando nos quisimos dar cuenta, ya estábamos perfectamente colonizados y la palabra "chinos" desemantizada:
- Voy a por unas pilas a los chinos (no importa la hora que sea)Y asín sucesivamente. Y no hablemos de las chinas, que tan buenos momentos han traído. Incluso antes de conocer a ninguna asiática.
- Revelé el carrete en los chinos (por eso Japón está cerca de China)
- A esta hora ya no venden cerveza los chinos (será que no sabes pedir las cosas)
- Al final cenamos en dos chinos diferentes (el arroz tres delicias es universal)
- Pasa los garbanzos y las verduras por unos chinos (¿por qué estos señores son sinónimo de trituradora manual desde mucho antes de Humor amarillo?)
- Vamos a jugar a los chinos (a ver quién paga)
- Sois unos cochinos (...)
Pero me disperso. La conclusión de esta introducción es que los chinos han demostrado su capacidad de pasar desapercibidos. Hasta ahora pensábamos que era por su discrección.
Pero no.
Son invisibles.
Y puedo demostrarlo: el otro día fui a una tienda de ultramarinos de horario flexible (unos chinos). Entré justo detrás de una chica, que me saludó. La seguí mientras pensaba qué buena inversión había sido apuntarme a un gimnasio, evaluando cómo mejoraría en cuanto empezara a ir.
La chica miraba una de las estanterías de bollos. Yo hacía lo mismo un paso por detrás de ella, respetando su burbuja vital mientras ambos decidíamos con qué taponar nuestras respectivas arterias.
Entonces se dio la vuelta, me miró y me preguntó:
- Perdona, ¿cuánto vale esto?La miré. Miré el bollo. Miré a la china que había detrás de la caja registradora. La miré otra vez. Miré el bollo. Miré a la china que... Mientras tanto, la chica pareció darse cuenta de su error y trató de subsanarlo:
- Esto. Costar. Euros. ¿Cuántos?Así que los chinos son invisibles. Porque yo soy demasiado gandul para ser chino.
8 comentarios:
Se habría hecho un chino.
Si usted es invisible, ¿cómo pudo esa muchacha verle? A lo mejor era una persona que solo ve a los seres invisibles y no ve a los visibles. ¿Seguro que no era un fantasma? ¿Seguro que no es usted un fantasma?
Ha olvidado que hay chicos, que incluso en su armario tienen sus propios "chinos".
Yo hasta tenía uno del amor (ja!) colgando de mi reloj hace chopocientos años, mire usted.
evija
Es verdad, Neblina! Los chinos de la suerte!!!
Yo no me quedaría muy tranquila si me confundieran con un chino, Anómalo. Es uuna pérdida de identidad brutal... parecerte tanto a otros mil millones de perosnas. Te prefiero invisible.
¡¡Los chinitos de la suerte!! Ostras, qué gran recuerdo... ¿Están extintos?
En cuanto a los chinitos de las tiendas, yo una vez confundí a un cliente marroquí con un chino dependiente... Qué corte.
Joder, tío, yo estaría preocupada...
Escritopor, desconozco esta expresión, pero como sus comentarios siempre son sabios, le creo.
Zagloso, eso mismo me preocupa a mí. Además, en ocasiones veo a Bruce Willis.
Neblina, su referencia a los chinos me parece antológica. Y ya lo cantaba Raffaella Carrá: "porque tenía unos chinos (qué dolor, qué dolor) dentro del armario...".
Perlita, yo no estoy tranquilo, desde aquí te lo digo.
QE, porque no soy marroquí, sino invisible, si no pensaría que la muchacha era usted. ¿O después de creerme chino me creyó marroquí?
Gato, la preocupación del colectivo balear me conmueve.
xbobmrc
Yo me he acordado de una canción: "Los chinitos de la china cuando no tienen que hacer, tiran chinas a lo alto y dicen que va a llover". De la música no me acuerdo, pero queda bien con cualquiera, y en estas fiestas tan entrañables, la de las muñecas de Famosa le va que ni pintada...
Saludos desde la Ciudad Lluviosa!!!!
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