La vacuna de la Gata
No, no nos hemos puesto una inyección para que la Gata no nos haga daño (cuánta negación en una misma frase).
Es más bien que el otro día vino a casa un amigo nuestro que es veterinario. Aunque eso lo supimos después... er... me estoy perdiendo. El veterinario nos dijo que era tiempo de vacunar a la Gata antes de que cogiera alguna enfermedad. "Si coge a una enfermedad, la destroza", dije yo. Pero como el veterinario no conoce a la Gata, no captó mi sagaz sentido del humor.
Zoquete y yo estuvimos sopesando qué íbamos a hacer... digoooooo... cómo lo íbamos a hacer. Porque en todo momento estuvo claro que había que vacunarla. Por su bien, claro. Glups.
La primera opción fue que lo hiciera José Tomás. Le llamamos y el tío estuvo de acuerdo y tal. Al día siguiente el tipo se lanzó contra un morlaco de 600 kilos y nos llamó desde la enfermería:
- ¡Qué pena, eh? Que no voy a poder ir... mecachis. Oye, que suerte y tal.
Probamos con otros candidatos, pero la única que se mostró medio dispuesta fue Ana Obregón y no nos dio buen rollo. Así que decidimos hacerlo nosotros mismos. El plan que más nos convenció fue el de que uno la distrajera mientras el otro se acercaba darle el jeringuillazo.
Anómalo: ... mientras el otro se acerca invisible desde detrás y sin que le vea, le pone la vacuna antes de que pueda ver qué pasa.
Media hora más tarde, cuando Zoquete captó la indirecta por fin, nos jugamos a cara o cruz quién la distraía y quién la pinchaba.
Anómalo: Cara le distraes tú, cruz yo le pongo la inyección. ¡Cara!
Cuando Zoquete se cansó de reírse de mí porque él sólo iba a tener que distraerla, pusimos en marcha el plan.
¡Qué éxito, oigan! Sobre todo Zoquete, que hizo su parte a la perfección. De verdad, no puedo parar de decirle lo bien que la distrajo.
Sobre todo desde que me enteré que dentro de un mes hay que ponerle otra.
2 comentarios:
Y bueno, como Zoquete no emplee la consabida "es tu turno"...
Todo este post para llamarte a tí mismo sagaz. Hay que ver ;P
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